Oportunidad. Una palabra muy poco valorada, pero que aporta tanto…

En el deporte, como en la vida, a menudo se nos presentan situaciones inesperadas, que hacen que nuestros planes den un vuelco y, sólo por eso, las percibamos como negativas.

Nada más lejos de la realidad.

Mi apreciado amigo Iban Bermúdez Betancor, que tuve la fortuna de conocer en Lanzarote gracias a Dori García -con la que mantengo una bonita amistad, después de años compitiendo juntas y rivalizando en grandes campeonatos-, defiende esta máxima, por propia experiencia: en la enfermedad está la oportunidad.

Mi experiencia es que el cuerpo habla, envía señales. Señales para que recapacites, te impliques y modifiques hábitos, corrigiendo algunas cositas que no acaban de encajar en ese puzzle que compone la preparación física o entrenamiento para lograr tu objetivo. Algo falla. Y debes escucharle. Sea a nivel psicológico, por falta de motivación, o a nivel físico, por descompensaciones musculares que acarrean lesiones.

En ese preciso instante, debes saber que tienes en tus manos un auténtico tesoro: la oportunidad de parar y cambiar algo; y ese “algo” convierta tu preparación en un trabajo mucho más eficaz, más enriquecedor.

 En definitiva: en la oportunidad se esconde el éxito.

Y debemos darle el protagonismo que se merece.